En memoria
Honrando nuestra nube de testigos
Por tanto, estando rodeados de tan gran nube de testigos, despojémonos de todo lo que nos estorba y del pecado que nos asedia. Y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. — Hebreos 12:1
La Iglesia Metodista Libre del Sur de California se apoya en los siervos fieles que dedicaron sus vidas a edificar el reino de Dios en nuestra región. Esta sección conmemorativa honra a quienes completaron su camino terrenal y entraron en la presencia del Señor durante el último año de la conferencia.
Estos ministros, líderes y servidores dejan legados de fiel servicio que siguen moldeando nuestra conferencia. Su testimonio nos inspira a un mayor compromiso y nos recuerda la trascendencia eterna de nuestra labor compartida.
Rick Harrell
30 de mayo de 1950 – 5 de diciembre de 2024
Frederick “Rick” Harrell, conocido cariñosamente por muchos como Capitán Compost, Sr. Diversión, Bapa, Papá, Ricky, Pastor Babe y Wick, falleció el 5 de diciembre de 2024. Rick decidió que Dios tenía que existir mientras contemplaba una puesta de sol sobre el puente Golden Gate, donde estudiaba en la Academia Marítima. Unos años después, entregó su vida al Señor durante la Revolución de Jesús.
Rick fue anciano en la FMCSC y sirvió como pastor principal de la Iglesia Brookside en Redlands durante 13 años. Después de su tiempo en Brookside y antes de jubilarse, Rick trabajó con los Proyectos Edén, específicamente en los proyectos de plantación de árboles en Haití.
La personalidad de Rick era verdaderamente excepcional, rebosante de ánimo y compasión. Su amor por las personas era ilimitado e inagotable, lo que hacía de la vida un viaje placentero para él y para quienes tuvieron la fortuna de conocerlo. Dios le concedió el don de la sintonía multicultural, capaz de conectar con personas de todas las razas y naciones, un testimonio de la diversa creación de Cristo.
Rick compartió con entusiasmo sus conocimientos y sabiduría con quienes lo rodeaban, enseñando a otros cómo sustentar su vida espiritual, emocional y física. Presentó a muchos a Cristo, animándolos a crecer en su fe. Las habilidades que transmitió abarcaron desde la composta, el injerto y la plantación de árboles, hasta la pintura y el uso de la ciencia para defender su fe cristiana, la joyería y la recolección de rocas, lo que refleja la diversidad de sus intereses y experiencia. Las últimas lecciones que impartió a sus nietos en Kauai fueron cómo identificar un propágulo de manglar y cómo hacer boogie board.
Algunos de los mayores logros de Rick incluyen casarse con su amada esposa, Diane, ser padre de dos maravillosos hijos, Joy y Danny, y ser abuelo de sus queridos cinco nietos: Abby, Eden, Benji, Jordan y Jesse. Estaba increíblemente orgulloso de toda su familia.
Su pasión por cambiar el mundo era palpable, evidente en sus esfuerzos por plantar árboles y salvar vidas. El legado de Rick es de amor e inspiración. Fue un constructor de puentes en sus iglesias, buscando la unidad y el entendimiento entre las diferentes congregaciones. Le encantaba conversar con los perdidos y guiarlos hacia el Señor. Sus esfuerzos por reforestar lo deforestado hablan de su constante preocupación por nuestro planeta. Extrañaremos profundamente un alma tan vibrante y afectuosa como la de Rick, pero seguirá viva en los corazones de quienes tocó y en las vidas transformadas que deja atrás. Ahora está en los brazos de su Padre Celestial, donde puede alabar a nuestro Señor, correr, comer queso y surcar los cielos a su antojo.
